diciembre 17, 2010

No Se Juzga Un Libro Por Su Portada


MegaMente.

Desde que llegó a la tierra fue el rechazado, el raro, la oveja negra, el diferente, el niño azul que venía de otro planeta con una súper cabezota. Tenía  unos ojos verdes tan grandes que con solo mirarlos, expresaban las ganas de vivir y las ansias de luchar contra el héroe de Metro Ciudad,  Metroman. 

Megamente comienza así su historia, en paralelo a la de Metroman, el otro infante en órbita que va a dedicar su existencia a salvar la vida de los otros. Cada uno termina en un hogar extremo: uno en un palacio con amor y seguridad, el otro en una prisión para criminales peligrosos. Malo se nace y cuando el destino se confabula para convertir al villano en héroe, no hay nada ni nadie que pueda detenerlo. Megamente se pudo haber dedicado al bien, pero no tuvo la suerte de ser criado con amor y lo único que le quedó del planeta donde venía, fue su fiel amigo servil, una mascota ‘pez’ que viajó junto a este ‘villano’ a la tierra para acompañarlo en todas sus travesías.

Durante varios años intentó conquistar la ciudad pero nunca lo lograba con éxito, pero un día lo consiguió durante la inauguración del museo de Metroman en la ciudad. Fue cuando Megamente raptó a la reportera Roxanne Ritchie, una mujer, valiente, inteligente, sagaz, joven y bonita, pero que con los constantes secuestros que había sufrido, todo se había vuelto tan aburrido y predecible que ya nada la asustaba. Megamente decidió utilizar a Roxannie como presa para aterrorizar a Metroman, pero de repente éste fue ‘derrotado’ sin querer queriendo y el caos se apoderó de Metro ciudad a partir de ese momento.

Una noche cuando  Megamente se sentía melancólico y aburrido por no contar con la presencia del súper héroe de la ciudad, decide ir al museo donde se permanecía la réplica de Metroman, pero coincidencialmente o por culpa del destino, la reportera Roxanne se encontraba  en el mismo lugar.

Aparte de Roxanne y Megamente, en el museo permanecía Bernard, un hombre  con cabello rubio y grandes gafas, con un aspecto juvenil pero melancólico, se encargaba de cuidar el museo en las noches, pero se tropesa con Roxanne y le comenta despectivamente que el museo está a punto de cerrarse.
Megamente se da cuenta en ese momento que Roxanne está en el lugar, pero él no quiere que ella lo descubra en pijama y llevándole rosas a Metroman, antes que Roxanne lo encuentre, Megamente decide utilizar el reloj con el que puede cambiar de apariencia para convertirse  físicamente en Bernard al no tener más opciones. Una tierna conversación surge y desde ese momento una historia de amor se empieza a desarrollar.


Paradójicamente Roxanne cree que está hablando con la persona ‘más normal de su loco mundo’, pero no sabe que en el fondo es el hombre que más daño le ha hecho a su ciudad.
Megamente, al convertirse en Bernard, empieza a dejar a un lado su rol de villano y comienza a salir con la reportera. Usa fragancia Jean Paul Gultiere, se comunica con la chica por mensajes de texto, sonríe, limpia las calles y empieza a dudar si realmente quiere seguir siendo el villano más malo de Metro Ciudad, lo que le genera una triste discusión con su mejor y leal amigo Servil.

Esta tierna historia de amor cambió un día en el que Megamente y Roxanne se encontraron en un restaurante de la ciudad para una cita que habían pactado, en el momento en que deciden hacer un brindis por haberse conocido, hablan de querer a las personas por su belleza interior y no por la apariencia. El ambiente se presta para que lentamente se acerquen, mientras se miran fijamente a los ojos y se den un tierno y lento primer  beso, pero Roxanne acaricia la mano de Bernard y acciona accidentalmente el cambio del reloj y  la  apariencia de Megamente se ve en el lugar.

El asombro de los ciudadanos y el llanto de los niños asustaron a Roxanne, quien lentamente abre sus azules ojos y se encuentra de frente con Megamente, algo que la enfureció por completo y le causó una gran tristeza, pues se enamoró de la persona que menos esperaba. Aunque, Megamente desesperado por la situación le recuerda la conversación que habían acabado de tener. ‘no se juzga un libro por su portada’, Roxanne le responde desilusionada a esta afirmación que ‘aveces hay que leer su contenido’.

Megamente, quien había encontrado una razón para ser mejor, no quería que la ciudad fuera destruida por ‘Titán’, quien al ver el desprecio de Roxanne se convirtió en el villano de Metro Ciudad. Fue por esta razón que Megamente buscó a Roxanne, debido a la destrucción que causaba su propia creación.
En una soleada tarde, la reportera recibe la visita de Megamente, quien le pide ayuda para encontrar la debilidad de ‘Titán’, pero ella todavía enojada por el engaño que él le había hecho no lo quería recibir. Luego de mucho insistir y válidos argumentos en los que la elogió por ser la persona más inteligente que conocía, Megamente logró que Roxanne accediera a ayudarlo.

Fue allí donde se puso a prueba el verdadero amor que había entre ellos dos, pues ‘Titán’ secuestró a Roxanne en un momento en el que Megamente había renunciado a ser el malo y a luchar por la ciudad, porque según él, ‘el malo nunca se queda con la chica’ y mientras Megamente pasaba los canales de televisión de la cárcel, lugar al que se había entregado horas antes, logró ver el mensaje de ayuda de Roxanne, quien le decía que lo necesitaba, porque confiaba en que él la salvaría a ella y a Metro Ciudad.
Las historias de cada una de sus vidas, todo lo que deseaban para el futuro y la química que tenían, fueron las razones que unieron a estos dos personajes y los hiciera luchar por un bien común. Además, cuando Megamente se convirtió en el nuevo súper héroe de la ciudad, le demostró a Roxanne que gracias al amor que sentía por ella, había encontrado una razón para ser mejor.